😱No sabía que esto iba a ser tan polémico...

¿De verdad sirve la historia? Clases, lecturas, panoramas y más

📰Popurrí de noticias📰

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🔥La Historia: una historia polémica🔥

Esta semana me metí en un tema peliagudo… ¡pero sin querer! Subí un reel a mi Instagram hablando sobre un comentario que alguien había hecho en X (ex Twitter), que decía que los niños en Chile no deberían estudiar ni a los egipcios, ni Grecia, ni Roma, sino que a Nicolás Massú. A fin de cuentas, ¿de qué nos ha servido estudiar historia?

Quiero hacer dos declaraciones:

  1. Amo a Nicolás Massú y ojalá que todos los niños en Chile (y el mundo) estudiaran las cualidades que se necesitan para ser deportista profesional. Un mundo con más gente responsable, esforzada, analítica y perseverante sería un mundo mejor.

  1. No critico a quien hizo el comentario (¡de verdad!). Entiendo desde dónde viene y por qué alguien llegaría a pensar así. Al fin y al cabo, es difícil ver cómo la historia está contribuyendo a crear un mejor mundo hoy.

No quiero volver a repetir lo difícil que es enseñar historia en un país con un solo currículum nacional, que además es poco flexible, difícilmente adaptable a las realidades locales e intereses de los alumnos y sobrecargado de contenidos que impiden profundizar. Creo que ya quedó claro qué pienso del currículum nacional de Historia 🙄.

En esta ocasión, quiero enfocarme en las razones por las que creo que el estudio de la historia es valioso. No desde una perspectiva social (del tipo “estudiar historia nos permite no repetir los errores del pasado”), sino que desde una perspectiva personal: por qué para MÍ el estudio de la Historia ha sido valioso, y por qué creo que puede ser beneficioso para TI.

Aquí voy:

  1. No hay nada como una buena copucha (chisme)

No soy una persona especialmente chismosa. De hecho, me incomoda hablar mal de alguien. Pero todo ese recato se me pasa con la historia. ¡No hay nada mejor que una buena copucha histórica! Es lamentable no tener suficientes manos para poder agarrar un libro de historia, tomar un tecito, tejer y comer galletitas al mismo tiempo para disfrutar del chisme… porque lo haría su pudiera.

Algunos chismes históricos son solo fantasía, otros son realidad y mucho mejor que cualquier telenovela.

Al preguntarle a ChatGPT sobre cuáles son los chismes o escándalos históricos que son más llamativos para la gente, me respondió esto:

¿Ana Bolena fue realmente infiel a Enrique VIII o todo fue una trampa? ¿Cleopatra se suicidó con una serpiente o fue asesinada? ¿La reina Isabel I murió virgen o tuvo romances secretos? ¿Rasputín tenía poderes sobrenaturales o era un manipulador experto? ¿María Antonieta dijo realmente “que coman pasteles”? ¿Juana la Loca estaba loca… o la volvieron loca? ¿Marco Antonio se enamoró tanto de Cleopatra que traicionó a Roma? ¿Frida Kahlo perdonó a Diego Rivera incluso después de que le fuera infiel con su propia hermana? ¿Leonardo da Vinci era acusado de “comportamientos indecentes” en su juventud? ¿Luis XIV tenía un hermano gemelo encerrado en una prisión secreta?

ChatGPT

No sé ustedes, pero yo ya tengo ganas de averiguar qué fue lo que realmente ocurrió en cada uno de estos casos.

¿Estás aburrido? Lee Historia, no te decepcionará 😉.

  1. Más belleza, por favor

En el mundo actual, es fácil perder de vista la belleza, o dejar de verla cuando la tenemos en frente. Sé que sobre gustos no hay nada escrito, pero PERSONALMENTE, no me gusta ir a hacer trámites a un edificio feo, escuchar música ruidosa y horrible y prender la tele para ver películas de niños poco estéticas.

Y algunos podrían pensar que soy una exagerada, pero estoy convencida de que la belleza tiene una dimensión moral y espiritual que no se puede dejar de lado. Un mundo sin belleza es un mundo sin vida. En cambio, un mundo con belleza contribuye al bienestar del espíritu y a despertar la admiración por el mundo y el ser humano.

Estudiar historia me ha ayudado a acercarme a la belleza. Me maravillo al ver las catedrales góticas llenas de luz, la delicadeza de los mosaicos bizantinos, la simetría perfecta del arte islámico, la sutileza de los relatos artúricos medievales y la magnificencia de los palacios barrocos.

Si eres alguien que siente que le falta experimentar belleza, un buen libro de historia puede ayudarte a llenar ese vacío.

Sainte Chapelle en París. Luz, espacio + arquitectura gótica = belleza

  1. Gracias por vivir en mi tiempo y en mi país

Podría haber nacido en un lugar y en una época en la que la esclavitud estaba normalizada, o en la que las ejecuciones públicas eran pan de cada día, o en la que los doctores hacían sangrías (dudosamente eficaces) para curar cualquier enfermedad, o en donde no existía la anestesia, o en el que la ropa no se lavaba constantemente, o en donde había zoológicos humanos, o en el que las posibilidades de morir en el parto fueran de 1 en 50…

Creo que entienden mi punto. Al estudiar historia solo puedo sentir una profunda gratitud por vivir en el lugar y en el tiempo en el que vivo. Eso me ayuda a mirar las cosas con cierta perspectiva y agradecer todo lo que tengo.

  1. Aprovechar el viaje

He tenido la suerte de poder viajar y vivir en distintos lugares, y cada vez que llego a un nuevo destino, agradezco profundamente tener algo de conocimiento histórico (¡aunque nunca es suficiente!).

Podría haber caminado por la Plaza de la Señoría en Florencia sin haberme percatado de la placa que marcaba el lugar exacto en que el monje Savonarola fue ejecutado en 1498. Pero como había leído sobre él, mi experiencia en esa plaza fue muy distinta.

Podría haber pasado de largo en el Louvre para alcanzar a ver a la Mona Lisa, pero por suerte, también sabía que estaba una de las esculturas que más me llaman la atención, que es la del Escriba Sentado del Antiguo Egipto. Así, pude disfrutar de algo que quizás no hubiera visto de no haber estudiado historia.

Podría haber sido solo una agradable mañana visitando Pearl Harbor, pero al haber estudiado la importancia de este hecho y las implicancias que tuvo en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, fue una experiencia impactante.

Juventud, divino tesoro

Si uno tiene la posibilidad de viajar o visitar un nuevo lugar, la experiencia se vuelve 100000% mejor si uno tiene cierta noción histórica del lugar. ¿Vas a viajar? ¡Lee historia y maximizarás tu inversión!

Si vas a viajar y quieres aprender sobre la historia y la cultura del lugar que visitarás, escríbeme para cotizar una clase personalizada.

  1. El alma de la fiesta

Mis hermanos se ríen de que, como estudié historia, solo me falta tener barba y fumar pipa. Por suerte, no tengo barba (por ahora) y no fumo. Lo que está detrás de ese comentario es que la visión que se tiene de un historiador es el de alguien fome, aburrido, con chaqueta de tweed, snob e insufrible.

Puede que existan algunos así. Pero lo que no te cuentan, es que saber de historia puede volverte alguien interesante.

Es verdad: nadie quiere escuchar sobre las implicancias del asesinado del archiduque Francisco Fernando a las 3 a.m. en una disco. Pero en otros contextos sociales, hablar de temas históricos puede que no esté tan fuera de lugar, y hay más personas interesadas en la historia de las que uno creería. He tenido muchas buenas conversaciones que surgen a partir de la historia, o un buen libro, o una película histórica.

A modo personal, yo conquisté a mi marido con mi conocimiento (insuficiente) de la historia. Moraleja: la historia puede traer el amor a tu vida.

  1. Solo sé que nada sé

En inglés existe la palabra Philomath, de origen griego, que podría traducirse como “amante del conocimiento o del aprendizaje”. Aprender algo nuevo genera placer.

Aún recuerdo el momento —casi de éxtasis— que experimenté cuando entendí cómo despejar X en una función. Algo hizo click en mi cerebro, y se me abrió todo un mundo de entendimiento (aunque debo reconocer que mi conocimiento matemático no se desarrolló mucho más después de ese momento). También recuerdo cuando logré leer un artículo histórico en francés después de haber estudiado el idioma. ¡Con ese artículo pude terminar mi tesis!

Aprender genera goce, curiosidad y entusiasmo. Estudiar historia solo nos llena aún más de eso, porque nunca se termina: puedes aprender algo nuevo, pero al hacerlo, se generan nuevas preguntas que te llevan a querer seguir investigando y aprendiendo.

“Solo sé que nada sé”. Se le atribuye esta frase a Sócrates. Y es que en historia ocurre exactamente eso. En la medida en que más aprendemos, más nos damos cuenta de lo ignorante que somos, y de todo lo que nos queda por descubrir.

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📚¿Qué estoy leyendo?📚

Este libro no es nuevo, pero eso no le quita mérito. ¡Es espectacular! El cirujano y escritor Arnold Van de Laar nos hace un recorrido de la historia de la cirugía a través de cirugías famosas en la historia. Medicina + historia + un relato ágil y entretenido. Si te interesa saber cómo se hacían las amputaciones antes de la anestesia con lujo de detalles, cómo se trataban los cálculos renales sin equipo médico y cómo el Imperio Bizantino llegó a tener tantos eunucos, este libro es para ti.

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🙌Panoramas🙌

  • Este invierno se viene Light Cycles en el Parque Metropolitano. Es una experiencia mágica y multisensorial. Puedes comprar entradas aquí.

  • Las fotografías de Martín Gusinde de los pueblos Selk’nam, Yagán y Kawésqar son impresionantes. Durante junio podrás verlas en Estación Mapocho. Lee más aquí.

  • Continúa la exposición gratuita sobre la Basílica de la Natividad de Belén en el Centro Cultural La Moneda. Más información.

(Ninguno de estos panoramas son publicidades pagadas. Solo son recomendaciones mías 😉)

¡Gracias por leer!

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